Oh San José, cuya protección es tan grande, tan fuerte y tan inmediata ante el trono de Dios, a ti confío todas mis intenciones y deseos.

Ayúdame, San José, con tu poderosa intercesión, a obtener todas las bendiciones espirituales por intercesión de tu Hijo adoptivo, Jesucristo Nuestro Señor, de modo que, al confiarme aquí en la tierra a tu poder celestial, te tribute mi agradecimiento y homenaje.

Oh San José, yo nunca me canso de contemplarte con Jesús adormecido en tus brazos. No me atrevo a acercarme cuando Él descansa junto a tu corazón. Abrázale en mi nombre, bésalo por mí su delicado rostro y pídele que me devuelva ese beso cuando yo exhale mi último suspiro.

¡San José, patrono de las almas que parten, ruega por mí!
Amén.

Memorable San José, ayúdame a considerar el trabajo como satisfacción, ayúdame a trabajar en conciencia, prefiriendo el fiel cumplimiento de mis deberes; permite que pueda trabajar con agradecimiento y alegría, poniendo todo mi empeño y honor en aprovechar y desarrollar, por medio del trabajo, todos los talentos que he recibido de Dios.

Haz que pueda trabajar con tranquilidad, moderación y paciencia. Que no me atemoricen el cansancio y las dificultades. ¡Todo según vuestro ejemplo, oh Patriarca San José!
Amén.

Oh glorioso Obispo, San José, te venero de corazón como fiel esposo de la madre de Jesús, como cabeza de la familia más santa, como padre nutricio del Hijo de Dios y como el leal depositario de los tesoros de la Santísima Trinidad.

¡En ti creo, en ti confío y coloco la prosperidad, armonía y éxito de mi trabajo y familia en tus manos!
Amén.

Señor San José, padre de Jesús, en esta oración hoy te pido que rompas toda cadena que me amarra al mal, a pensamientos de fatiga, fastidio y que me llevan a holgazanear en mi trabajo. Ayúdame a desarrollar nuevos proyectos y a prosperar en mis labores para así poder llevar el pan a la mesa y el abrigo a mi familia.
Amén.